Por Lidia
García Fresneda
Bebé y mamá se comunican en un lenguaje secreto. Pero hay
misterios que una madre no entiende. Su bebé los comparte con los demás bebés
y, a simple vista, parecen incomprensibles: ¿por qué huele así, por qué pega la
cabeza a los barrotes mientras duerme, por qué se chupa los pies...? Algunos
encuentran su respuesta en la biología, pero no todos se pueden explicar.
Más allá de conocer el origen biológico de algunos de los
comportamientos del bebé, no hay fórmulas mágicas para entender a los bebés, ni
manuales, ni códigos. Hay un poquito de intuición, si dejamos nuestra razón
aparte, y mucha, mucha observación.
Los últimos estudios en neurociencia demuestran que los
padres están química y emocionalmente preparados para atender a las señales de
su bebé, y los bebés están química y emocionalmente dirigidos a sus padres.
Leemos las señales de nuestro hijo en un recóndito lugar fuera del mundo
consciente, según estas investigaciones. Pero esta predisposición biológica no
sirve de nada si no la actualizamos mediante la observación diaria de nuestro
hijo.
Todas las respuestas están en el bebé: cómo duerme, cómo
llora, cómo come... Nos está hablando. La clave está en observar y confiar, con
paciencia. Nuestro bebé evoluciona continuamente y nosotros, como padres,
también.
¿Por qué le gusta tanto
al bebé estar desnudo?
Ellos se relacionan con el mundo con todo el cuerpo, reciben
información del exterior a través de miles de receptores repartidos por toda su
anatomía, así que cuando los vestimos es como si les pusiéramos un gran guante:
por una parte los protegemos del exterior y por otra limitamos su sensibilidad
y zona de contacto con el mundo.
¿Por qué se hace pipí en cuanto le quitas el
pañal?
Cuando les quitamos el pañal los pequeños se sienten más
cómodos, les hacemos caricias, se relajan... Y se hacen pipí. Pero ahí no queda
todo. Algunas corrientes creen que lo único de lo que se sienten dueños los
niños es justo de su pis y de su caca. Hacerse pipí al quitarle el pañal puede
interpretarse como que... ¡nos regalan lo único que tienen! Por eso, nada de
mostrar enfado: agradecer el regalo y a otra cosa.
¿Por qué se lo lleva todo a la boca?
Los bebés conocen las cosas a través de la boca. Es un
escáner que proporciona mucha más información que las manos o la vista. Se
llevan las cosas a la boca para "interiorizar" lo que ven,
experimentarlo dentro de su cuerpo y terminar de construir la imagen que han
visto fuera. Es un proceso muy complejo que hay que respetar en la medida de lo
posible, siempre que no suponga un peligro para el niño.
¿Por qué le tranquiliza más la voz de un hombre?
Aparte de la voz de la madre, los sonidos que escucha el feto
en el útero son de baja frecuencia, como la voz masculina. Los sonidos graves
le ayudan a relajarse y a regular su ritmo cardíaco.
¿Y por qué le atraen más los sonidos agudos?
La frecuencia aguda estimula al cerebro a captar mayor
información, a aprender. La voz de la madre, primera voz que escucha el feto en
el útero, es aguda. También lo es la música en general.
¿Por qué se chupa los pies continuamente?
Cuando se chupa los pies, el bebé entiende dos cosas:
primero, la forma, el sabor, el tacto..., segundo, ¡que son suyos! Acaba de
llegar al extremo final de su cuerpo, está terminando de construir su esquema
corporal y empezando a entenderse como un algo completo y separado del resto
del mundo.
¿Por qué aparece por las mañanas con la cabeza
pegada a los barrotes de la cuna?
Precisamente, cuanto más grande es la cuna, más normal es que
los pequeños tengan este comportamiento. Han pasado nueve meses en un lugar
cálido, oscuro y cada vez más apretadito, por lo que los grandes espacios sin
límites físicos les generan inseguridad.
Hay bebés que simplemente necesitan sentirse arropados por
todas partes y otros que necesitan sentir el tope en la cabeza para sentirse
seguros, se dice que como recuerdo de los meses que pasaron en posición
cefálica en el vientre materno, tocando la pelvis de su madre.
Cuando a veces están durmiendo y se sobresaltan, puede tener
que ver con esta sensación de estar en el vacío, o con sentir desprotegida
parte de su cuerpo (boca abajo no les pasa nunca). Coger alguna cosita con su
mano también responde a esta necesidad de sentirse seguros.
¿Por qué el bebé huele
siempre a pan recién hecho?
El olor del bebé es otra estrategia de la naturaleza para
ayudar a crear el vínculo entre las madres y los hijos. Las hembras de los
mamíferos (entre las que nos encontramos) reconocen a sus hijos por el olor.
Tan profundo y dirigido al instinto es el olor que desprenden los bebés, que
despierta el instinto maternal no sólo en la madre, sino en muchas personas,
hombres y mujeres, invitándoles a cuidar de él.
A la inversa también se da, aunque nosotras no olamos tan
bien: nada más nacer, los bebés son capaces de reconocer a su madre por el
olor, y les parece el olor más maravilloso del mundo.
¿Por qué se agarra con tanta fuerza a nuestro
dedo?
Se trata del reflejo de prensión que tienen todos los recién
nacidos y que podemos observar también en la planta de los pies. Aunque este
reflejo no tenga ahora excesiva utilidad, se piensa que proviene de un estadio
muy primitivo de nuestra evolución, cuando aún utilizábamos las cuatro
extremidades para desplazarnos, como los simios. Para sobrevivir y mantener el
vínculo con la madre, el bebé tenía que asirse a ella por el pelo del cuerpo
(entonces lo teníamos por todas partes), ya que ella necesitaba las
extremidades delanteras para desplazarse.
¿Por qué sonríe mientras duerme?
Hay expertos que aseguran que las sonrisas nocturnas no son
más que fruto de la relajación muscular de la boca (es una zona que trabaja
mucho durante el día); otros defienden que la sonrisa es el reflejo de un dulce
sueño. Las ecografías en 3D han demostrado que ya en el útero los pequeños
sonríen y sueñan, o al menos entran en esa fase en la que se tienen sueños, y
que se puede apreciar en el movimiento de los ojos debajo de los párpados.
¿Y a qué sonríe cuando sonríe a la nada?
Igual está pensando en las caricias de mamá, o quizás
simplemente se siente calentito y satisfecho y por eso se ríe. Pero, en
realidad, no lo sabemos: aún hay secretos que quedan para él.
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