viernes, 22 de mayo de 2015

Lo que NO debes hacer si ganaste peso


Por @clementinax 09/05/2015

Ok. Pasó. A pesar de tu mejor esfuerzo (o no esfuerzo alguno) te engordaste unos cuantos kilos. Todas hemos pasado por eso, menos aquella amiga que se queja porque “le cuesta tanto engordar” a la que nunca vemos con buenos ojos, al menos cuando dice eso.

Pero al resto de las humanas nos pasa. Nos fuimos de vacaciones, descuidamos la dieta, nos sentimos tristes o muy contentas. El hecho es que todas en algún momento de la vida puede sentirse con uno, dos, tres o unos cuantos kilos de más. Y no es el final del mundo a pesar de que tus jeans te tranquen la circulación.

Y ahora es que viene lo bueno, o no tan bueno. Porque nos ponemos exóticas. Buscamos las maneras más insólitas para ver si esos kilos se van de una vez, a pesar que sabemos que la receta original, aquella que reza “comer bien y hacer ejercicio” es la que gana. Y en Women’s Health reseñaron algunas de esas tácticas que NO debes usar cuando ganas peso. Muy a pesar de lo que te diga tu falta de conciencia en esos momentos de emergencia:

1. No saltes comidas: Quizás quieras aplicar aquella técnica que tanto te servía en bachillerato. Dejabas de cenar y al día siguiente, casi como por arte de magia, esos jeans volvían a quedar. Pero al igual que lo que usaste cuando tenías 15 no te sirve (o no deberías usarlo) ahora a tus 30, las técnicas de inanición fueron malas en esa época y peor ahora. De hecho, pueden ser las culpables de que cada vez más te cueste decirle adiós a esas libras de más. Comer varias comidas al día te estabiliza el azúcar en la sangre y llegas a tu siguiente comida sin hambre de cualquier protagonista de The Hunger Games. No hay atracones y el cuerpo no entra nunca en modo “vamos a guardar para más tarde porque esta mujer no quiere darme comida”.

2. No te recrimines: Por ahí hay un refrán que reza “quejarse no quema calorías” y vaya que tiene razón. Por más triste que te sientas, el recriminarte o el sentirte la víctima, o decir “por qué a mí” va a ser que los kilos se vayan de tu lado. Puede que el pensamiento positivo te ayude a atraer lo bueno, pero no he visto que quejarte mucho con el universo haga que los kilos que ganaste se vayan de tu cadera y barriga. Sabes lo que tienes que hacer? Limpiar la dieta y darle duro al ejercicio.

3. No te compres un montón de ropa nueva: No quiero decir que andes con tus pantalones talla 28 cuando en realidad ya estás en una cómoda talla 32. Pero eso no quiere decir que tengas que botar todo lo viejo y aceptar esa talla, más si ese cambio no fue gradual y está asociado a ciertas circunstancias. Si sabes que engordaste por mala costumbre o por un mal momento que estabas pasando, es decir, tu aumento de peso no fue gradual ni se debió a ningún problema médico, no hay razón para cambiar todo tu guarda ropa. Mucho más si la talla anterior fue la que te ha acompañado durante toda tu vida adulta. Cómprate un par de piezas que te sientan bien y úsalas, pero no te rindas.

4. No te peses todos los días: Si bien es un buen control el saber cuánto has perdido de esos “nuevos kilos” esos cambios de gramos que vez cada día pueden llevarte a la frustración. Porque pueden variar por muchas razones, desde cuánta agua tomaste hasta lo que cenaste la noche anterior. Mídete y pésate una vez a la semana y si estas siguiendo un programa de pérdida de peso y en dos semanas no ves ningún cambio, es hora de hacer ajustes.

5. No sudes lo ganado: Quizás tu impulso primario va a ser irte al gimnasio y mudarte ahí. Tratar de hacer horas interminables de ejercicio para perder los kilos ganados y vaya, para castigarte un poco también. Pero del apuro sólo queda el cansancio nada tan real como en este punto. Vas a sentirte agotada al poco tiempo, con más hambre y quizás eso te lleve al próximo punto.

6. No dejes el gimnasio tampoco: Sea porque te cansaste demasiado o porque las primeras semanas con un proceso de ejercicios nuevos puede hacer que tu cuerpo retenga un poco de liquido, no abandones. Arma un plan realista de ejercicios y por supuesto, dale a las pesas. Pero ten paciencia, los cambios no son inmediatos. Pero cuando llegan, valen 1000 puntos, ¡te lo aseguro!


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