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@luisemundial 07/05/2015
En la vida hay tres tipos de soñador, el primero es el
típico soñador que sueña y sueña pero jamás se arriesga lo suficiente, para
lograr ese sueño. El segundo es el soñador al que luego todo se le hace fácil,
y los sueños que en algún momento le parecieron importantes se vuelven vacíos y
rutinarios, y el tercero es el soñador que toma la decisión de luchar por esos
sueños, personas con una constancia admirable, que como Maickel Melamed
demuestran que cuando trabajas por tus sueños, por muy cuesta arriba que sea,
se pueden lograr.
En lo personal he sido estos 3 soñadores, en
diferentes etapas de mi vida, el típico soñador que hace planes, tiene ideas y
quiere comerse el mundo, pero olvida que todo comienza con la acción, ese al
que le sobra motivación pero le falta decisión, luego me convertí en el soñador
número dos, tenía muchos planes, ideas y aspiraciones en mi mente, pero las
cosas se me daban digamos que un poco más “fáciles”, y al poco tiempo mi
percepción de lo que eran sueños y lo que eran caprichos desapareció, confundía
lo que realmente quería hacer, con cualquier idea que pasara por mi mente, y si
a eso le sumamos la “facilidad”, había perdido completamente el norte. Con el
pasar de los años, la madurez y la adquisición de experiencias y herramientas,
he logrado convertirme en el soñador número 3 el que sueña y no deja de buscar
cumplir esos sueños, el que arriesga y se la juega por verlos materializados.
Hace pocos días Maickel Melamed logro otro de sus
sueños, muchos conocemos de lo que este valioso ser humano ha logrado en su
vida, pero no todos lo vemos como una referencia para nosotros, sino como una
especie de “celebridad” o simplemente un motivador más. Yo soy de los que lo
ven como una referencia y una afirmación de estar cada día más comprometido por
lograr y trabajar por mis sueños. Pero de igual forma gracias a él y a tantas
personas que día a día zarpan y vuelan para conseguir lograr sus sueños, he
entendido que quizás el trabajo más gratificante es no solo lograrlo, sino
también todo el proceso que eso lleva consigo, es decir gozando todo el trabajo
que antecede verlo materializado.
Existen miles de libros que nos plantean diversas
formas de alcanzar lo que soñamos, otros nos venden la idea que todo es simple
atracción (Cuando piensas algo, lo comienzas a atraer a tu vida), pero nada de
esto es posible si no comenzamos la labor de trabajar en base a eso, podemos
soñar en ser la próxima estrella de la música y hacer un “Mapa del Tesoro” cada
año, pero cada año estaremos en el mismo sitio, en cambio sí comenzamos a
trabajar en ello, aprendiendo a tocar instrumentos musicales, tomando clases de
canto o composición, esa realidad ira cambiando, quizás no tan rápido como
algunas veces quisiéramos, pero cuando trabajamos por materializar lo que soñamos,
tarde o temprano eso llegara a nuestra vida. Por años pensamos que los que
tienen el derecho de soñar o más aun de cumplir sus sueños son las personas con
mucho dinero y/o tiempo, pero no es así, a lo largo de los años personas han
cambiado su vida sin ninguno de los dos. Un ejemplo podría ser Susan Boyle,
¿Recuerdan cuando su vídeo logro ser el furor de la red? Ella no tenía dinero,
solo se preparó y a su edad luego de mucho trabajo, llego la audición que la
catapulto. Otros quizás tienen dinero pero en su vida “no existe” tiempo para
trabajar en lo que en algún momento soñaron, y luego comienzan a olvidar y a
posponer esos sueños. Trabajar por lo que queremos no necesita que dejes todo
para lograrlo, por años he compartido tareas, trabajos, estudios y aun así
siempre tengo 1 o 2 horas para dedicárselo a lo que tengo en mente. Recuerda
que gotica a gotica se forma un río y todo comienza con trabajar.
Comencemos a decidir, tomar riesgos y darle tiempo a
nuestros sueños.
¿Y tú qué tipo de soñador eres?
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