Por @ComOrganica
La depresión y la ansiedad son algunas razones que
pueden engordarte
La semana pasada te compartimos algunos hábitos que
comúnmente te hacen engordar según la ciencia (Artículo aquí). Hoy te
presentamos la continuación para que tomes en cuenta estos malos hábitos y
decidas cambiar tu salud y tu estilo de vida:
6.
Contaminantes ambientales. Las
sustancias de desecho del pesticida DDT, (utilizado para combatir los piojos y
la sarna), son algunos de los contaminantes que se acumulan en el tejido graso
de las personas, favoreciendo el desarrollo de obesidad y el aumento del colesterol
en la sangre, según han comprobado científicos de la Universidad de Granada.
Estos contaminantes llegan a través de los alimentos con un alto contenido en
grasa, incluyendo las carnes y pescados grasos de gran tamaño.
7. Ver la
televisión. Ver en la noche un
capítulo de tu serie favorita para terminar con un rato de debate de
actualidad, te mantendrá más de dos horas frente al televisor. Si esto se
repite todos los días, se incrementa un 23% el riesgo de obesidad (por no
hablar del 14% del riesgo de desarrollar diabetes), advierte un informe de la
Universidad de Harvard.
8. El estrés postraumático. “Las mujeres que sufren estrés postraumático aumentan
de peso más rápidamente y son más propensas a padecer obesidad que las que no
atraviesan esta situación”, asegura un estudio de las universidades de Harvard.
Pero hay una buena noticia: cuando disminuyen los síntomas de este trastorno,
el riesgo de obesidad se reduce notablemente.
9. La depresión
y la ansiedad. La tercera parte de
las personas estresadas pierde el apetito y adelgaza, pero más de la mitad
reacciona al estrés comiendo y, lo peor, ingiriendo alimentos muy apetitosos,
ricos en azúcares y grasas. La explicación científica es que el centro de
recompensa que tenemos en el cerebro se activa con ese tipo de comida. Los
problemas económicos y laborales conducen a buscar la felicidad en la comida, y
especialmente en dulces.
10. Algunos
productos desnatados. El consumo de
lácteos ricos en grasa se correlaciona con un menor riesgo de desarrollar
obesidad central. Una explicación para este hallazgo es que los productos con
toda la grasa son más saciantes y, además, los ácidos grasos de los lácteos
tienen un efecto adicional en la regulación del peso. Los productos light no
siempre ayudan a adelgazar, pues que tengan un 30% menos calorías que el
producto inicial no es sinónimo de que no vaya a engordar. Muchos se anuncian
como light y tienen más calorías que los que no lo son.
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