Por Elena Roger Gamir
Pedagoda-solohijos.com
Solucionar problemas no es fácil para
nadie. Nos cuesta a los adultos, así que… ¡cómo no les van a costar a nuestros
hijos!
Explicarles a nuestros hijos lo que
deben y no deben hacer, cómo y cuando deben hacerlo… es una parte del proceso
de aprendizaje pero insuficiente si no les enseñamos al mismo tiempo a tomar
decisiones con criterio y a solucionar problemas desarrollando habilidades
cognitivas.
¿Qué podemos hacer para que nuestro hijo sepa elegir la mejor opción
entre varias alternativas? ¿Cómo ayudarle a que se enfrente a los problemas con
seguridad? ¿Cómo le podemos enseñar a plantearse diferentes soluciones ante una
situación conflictiva?
Simular situaciones reales
Reproduce con tu hijo, en un escenario y situación controladas, el problema
que no puede o no se atreve a solventar. De esta manera puede Imaginarse en
esa situación y “entrenar” posibles soluciones que le permitan barajar en frío
diferentes alternativas resolutivas. Se trata de practicar lo que nuestros
hijos ya saben de manera intelectual pero que, por diferentes motivos, no saben
o no pueden llevarlo a cabo.
Alex, 10 años. Tiene un compañero en clase que a menudo le quita su
bolígrafo y no se lo devuelve. Su madre/padre puede adoptar dos posiciones y
decirle:
Incorrecto: Te he dicho muchas veces lo que debes
hacer. Deberías quitarle los suyos para que aprendiera la lección. La próxima
vez le quitas el bolígrafo aunque esté escribiendo. ¡Es muy sencillo!
Correcto: Te molesta mucho que te quiten tus cosas. A
veces puede asustar recuperarlas y enfrentarte a tu compañero ¿verdad? Vamos a
hacer una cosa: vamos a practicar lo que podrías hacer la próxima vez que te
ocurra eso. ¿Qué se te ocurre que podrías hacer? Vamos a jugar a imaginarnos la
situación y a representarla. Yo soy Pablo y te quito el bolígrafo. ¿Qué haces
tú ahora?
Ambos interpretan diferentes papeles. Al principio la madre es Pablo
(el niño que le quita los bolígrafos). Entre los dos ensayan cómo actuar y qué
decir ante esa misma situación ya que negarse es lo que más le cuesta a Alex: “No lo cojas; lo necesito yo”, “Es mío, ¡stop!”, “No
te lo dejo; ya te he dejado otros bolígrafos y no me los has devuelto”, “Lo
siento pero no”, “¡Cómprate uno! Yo también lo necesito”, etc
Posteriormente, cambian los papeles. Alex interpreta al niño que le
causa problemas;
esta vez tendrá más recursos para enfrentarse a él y resolver la situación
favorablemente. Quizás se atreva a decirle sencillamente “No
los cojas, son míos y los necesito”, algo que nunca había hecho
con anterioridad.
Empezar de nuevo
No os descubrimos nada nuevo con esta técnica pero os recordamos que es
muy útil para corregir pequeños incidentes del día a día, no solo con niños
pequeños sino también con adolescentes.
Como su nombre indica, se trata de darles una segunda oportunidad para que puedan hacerlo de nuevo pero esta vez correctamente y colaborando.
La operativa es la siguiente: Se le aclara al niño qué es lo que ha
hecho mal, cómo se espera que lo haga y se le anima a hacerlo de nuevo, pero
esta vez de manera correcta.
Cristina, 15 años. Ha discutido con su madre por culpa de una camisa.
Le “exige” que se la preste,
con imperativos y malos modales: “nunca me dejas
nada, no confías en mi, eres una egoísta” etc. son palabras muy
utilizadas por Cristina cuando se trata de conseguir algo de su madre.
Madre: “Esta no es la mejor manera de pedir las
cosas, así no te la puedo dejar. Quizás quieras intentarlo de nuevo con otras
palabras. Te escucho…”
Nacho, 7 años. Se le ha olvidado lavarse las manos al llegar a
casa.
Padre: “¿Recuerdas la norma sobre lo primero que
se hace al llegar del colegio?”
El padre le dice a Nacho que vuelva a llamar al timbre de la puerta y que “lo intente de nuevo”, esta vez recordando lo que debe hacer al entrar en casa.
Si tu hijo no obedece, será
necesario hacer cumplir las consecuencias. Por ejemplo, en el caso de Nacho, no
podrá pasar a la siguiente actividad (en este caso la merienda) hasta que se
lave las manos.
Te recomendamos la película “Una cuestión de tiempo”, para
ver con adolescentes, en la que se trabaja el tema del error como una
oportunidad de aprendizaje y la importancia de las segundas oportunidades. Perfecta
para ver en familia!
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