jueves, 16 de abril de 2015

El cambio de hora y los niños


Por Lara Alcaide

Todos los años se cambia la hora dos veces al año. Esto es así y lleva siéndolo desde hace muchísimos años. Es cierto que nos lo esperamos, sin embargo, cuando llega el día a todos nos cuesta un poco adaptarnos. Las horas de luz solar cambian y hacen que nuestros hábitos se modifiquen, pero, por suerte, nuestro cuerpo es sabio y en varios días ya estamos acostumbrados.

Sin embargo, para los niños este cambio es un poco más traumático. Se rigen por rutinas y no saben preparar el cuerpo para tener sueño a una determinada hora, por ejemplo. Por eso, los padres debemos prevenir con tiempo el cambio de hora para ayudarles a adaptarse al nuevo horario. ¿Cuánto tiempo tardan en acostumbrarse? ¿Les influye negativamente? ¿Cómo les ayudamos a adaptarse? En este reportaje, te lo contamos.

Cómo afecta el cambio de hora

'Mamá, ya no tengo sueño' o 'papá tengo hambre' suelen ser las frases de los niños cuando cambia el horario. El cambio de hora afecta mucho a niños y personas mayores, ya que tienen una capacidad menor de adaptación. El retraso o adelantamiento de la hora supone un cambio fundamental en la luz del día que les provoca fatiga, cansancio, cambios de humor e incluso falta de concentración.


 Cada niño es un mundo. Algunos se adaptan con facilidad a este cambio pero a otros les cuesta mucho más. A pesar de todo, el cambio de horario es necesario, ya que los últimos días de octubre los peques se levantan aún de noche y esto les provoca un gran rechazo a ir al colegio. Por otro lado, la intensa luz del verano puede perjudicarles el sueño, por lo que se hace necesario retrasar la hora en ese momento. Debemos pensar en los aspectos positivos del cambio de hora y compartirlos con el niño, para que vaya entendiendo, poco a poco, a qué se debe este cambio.

Cómo podemos preparar a los niños

Para evitar que los niños tengan trastornos con el cambio de horario, debemos prepararles de forma gradual. Lo bueno del cambio de horario es que siempre se produce en fin de semana, por lo que podemos aprovechar el viernes e incluso el jueves para acostarle un poquito más tarde y darle de comer media hora después de su horario habitual. No necesitan un exceso de tiempo de preparación, un par de días antes bastará.


 En los días siguientes, debemos observar que el niño se ha adaptado bien al cambio. Además, para que entienda por qué ahora cenamos antes o después o por qué se tiene que levantar más tarde, es importante que realicemos todas nuestras rutinas de cambio con él. Por ejemplo, nos pueden ayudar a cambiar la hora de los relojes que tengamos por casa. Si además les enseñamos los cambios en la luz solar los niños acogerán el cambio positivamente e incluso con curiosidad. No obstante, el cuerpo, poco a poco, se acostumbra.

Cuál es el efecto en los adultos

Pese a que creamos que estamos totalmente acostumbrados al cambio de hora, no llegaremos a conseguirlo del todo. El horario de invierno provoca que los días sean más cortos y las noches más largas, lo que afecta a nuestra personalidad. Sufrimos una especie de 'tristeza invernal' o melancolía, que puede llegar a afectar a 7 de cada 10 personas.


 Muchos de nosotros somos más ariscos con la pareja e incluso llegamos a tener menos relaciones sexuales en invierno. ¿Cómo se puede combatir este efecto? Tal y como afirman los expertos, la 'Winter Blues' se soluciona a base de deporte y de aprovechar la máxima luz que tengamos al aire libre. Disfruta del invierno, todas las estaciones tienen algo especial.


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