viernes, 19 de febrero de 2016

Un viaje a Camaguán y La Negra con Sorelia Franco

Por Elizabeth Kline el 9 de marzo de 2008 en eluniversal.com:

Camaguán y La Negra

Muchas veces en nuestros recorridos por el país pasamos por los pueblitos con la mente puesta sólo en nuestro punto de destino, sin tomar en cuenta los atractivos de estas pequeñas comunidades. En una visita reciente a Ecoposada Hato La Fe en Corozopando, Guárico (entre Calabozo y San Fernando de Apure), la simpática gerente de La Fe, Sorelia Franco, me llevó a conocer más a fondo los encantos de estos dos lugares llaneros con su chofer favorito, Ulises Parra (0424-307.5090), al volante.


CAMAGUÁN
En la importante ruta vía Troncal 2 entre San Juan de Los Morros-Dos Caminos-Calabozo-San Fernando de Apure, Camaguán está a 48 km al sur de Corozopando. En la carretera, como es muy típico en la temporada de sequía en esta región, encontramos llaneros moviendo el ganado hacia áreas con más agua. A raíz de esto, nos topamos con unos cebúes que tenían el derecho de paso, así que sencillamente los pasamos muy despacio por un lado sin tocar corneta para no asustarlos.




Antes de llegar a este pueblo, se observan los anuncios al lado de la carretera que atraviesa la Reserva de Fauna Silvestre "Esteros de Camaguán" de 19.000 hectáreas. En esta época es muy seco, con la tierra plana salpicada con palmas de moriche. Sin embargo, en temporada de lluvias se transforma en una laguna sin limite a cada lado de la carretera elevada (adoptando apariencia de dique) y sólo queda visible la parte más alta de estos árboles.



La gran diferencia en los niveles del agua entre temporadas es más evidente todavía al aprovechar un paseo en lancha por el río La Portuguesa (según la tradición local, se le dio este nombre en honor a una mujer de origen portugués que se ahogó en este río hace siglos).


Chalana que transporta los vehículos entre Guárico y Barinas en el río La Portuguesa
Sorelia mantiene contacto permanente con un grupo de lancheros de confianza manejado por Pedro Rappia (haga sus reservaciones a través de ella en la posada, (0414)468.8749,soreliafranco@gmail.com). Hicimos un paseo en este río para observar la cantidad de conucos montados en las orillas del río, donde se puede apreciar la enorme diferencia en el nivel del agua por las líneas grabadas en lo que parece un cañón ahora cuando el caudal es muy bajo por la temporada (¡incluso con "playas" para el disfrute de los moradores!). Rodeando los humildes ranchos están los cultivos de maíz, frijol, plátano y más. Tierra adentro, fuera del alcance de la vista, la mayoría cuenta con ganado vacuno o búfalos para consumir sus productos lácteos y producir ricos quesos.


Ahí todo el mundo depende del río para trasladarse, ya sea en lancha propia o en las que prestan servicio de transporte. Incluso, en el puerto de Carrizolera, existe una chalana que lleva los vehículos desde el lado norte (en Guárico) hasta el lado sur (Barinas) a cualquier hora, incluso cuando se trata de un solo carro o camión (el costo depende del peso/tamaño), con un bongo motorizado empujando la gabarra de un punto al otro.



Debido a su ubicación estratégica, todos los domingos los productores de toda esta zona se reúnen ahí en un gran mercado para vender sus granos, quesos, casabe y demás productos. 
Embotellando suero de leche de búfala en la fábrica de Casona del Búfalo en La Negra 


Desde ahí hasta lo que se identifica como La Boca de Falcón (un caño con acceso sólo en la época de lluvias para hacer un bello recorrido por los Esteros de Camaguán) es una zona donde se encuentran muchas toninas (delfines de agua dulce con algo muy notable: un hocico largo que termina en una angosta punta).


Es muy emocionante observarlas, pero casi misión imposible fotografiarlas, aún con una cámara de video. En contraste con los delfines de mar que se acercan a los botes en grupos grandes, éstos son juguetones y parece que no quieren que nadie les tome fotos. 

Cuando uno menos lo espera, saltan del agua por un lado de la lancha; y a la siguiente vez, por el otro lado o lejos, pero si uno avanza hacia ese lugar, aparecen por detrás. Así, ¡lo mejor es disfrutar la experiencia de verlas sin la frustración de intentar filmarlas!
En el pueblo mismo de Camaguán, algo que llama la atención de inmediato es el orden, la ausencia de basura y el buen mantenimiento.




Me contó Sorelia que el joven alcalde en verdad ha metido la mano para reparar las calles y se ha asegurado de que se brinde un buen servicio de aseo.



Orgullosos de su pueblo, los residentes han seguido sus pasos no botando basura en sitios no apropiados, pintando sus casas. 
Una de las opciones de producción propia vendidas en la Casona del Búfalo


Como es típico en todos los pueblos de Venezuela, la plaza y la iglesia son la referencia. Desde de un lado de la bien ordenada plaza hay una bella vista de parte del estero y un caño que lo atraviesa.

LA NEGRA
A 15 km al sur de Camaguán, La Negra antes era no más que un caserío donde había que reducir la velocidad en la vía hacia San Fernando de Apure. Pero ahora, ¡es un lugar en el que a cualquier viajero le provoca detenerse!



Al lado de la carretera se ha instalado una cantidad de muy bien ordenados quioscos donde se venden los productos obtenidos de la leche de búfala, granos, casabe (en todas las formas: galleta, naiboa; con papelón, con ajo), ají picante, chigüire y pescado salado; encurtidos con una bella presentación, papelón envuelto en hojas secas de plátano, arepas, dulces tradicionales…



Con mi espléndida guía experta, nuestra primera parada fue para desayunar en El Café La Negra (a la izquierda, al final de la agrupación de kioscos). 
La iglesia y plaza del pueblo de Camaguán



Para rellenar las arepas delgadas, crujientes y frescas del budare, pedimos un plato con carne de babo, venado, chigüire, bagre y queso de mano elaborado con leche de búfala para mezclarlos a nuestro gusto (más divino todavía con un toque de picante local y uno seco de Amazonas). De los jugos, hay que probar el de lechoza combinado con piña (¡muy sabroso, entre las múltiples opciones!).



Luego, continuamos hasta La Casona del Búfalo, al extremo sur de la comunidad, donde toda la familia Cianavei trabaja para preparar deliciosos quesos (como mozzarella, bocconccine, maduro, aliñado, ricotta y cinche amarrado en hojas de palma tejida), además de sueros normales y picantes. Ellos también venden otros productos alimenticios de la zona.



Con todo lo que se ofrece aquí, ¡La Negra es una parada obligatoria para los amantes de la buena comida típica! 


Por supuesto, aparte de estas cosas, en los restaurantes siempre puede contar con la deliciosa carne en vara y las cachapas.


Campamento Terecay 
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