Por Lara
Alcaide
Todos los años se cambia la hora dos veces al año.
Esto es así y lleva siéndolo desde hace muchísimos años. Es cierto que nos lo
esperamos, sin embargo, cuando llega el día a todos nos cuesta un poco
adaptarnos. Las horas de luz solar cambian y hacen que nuestros hábitos se
modifiquen, pero, por suerte, nuestro cuerpo es sabio y en varios días ya
estamos acostumbrados.
Sin embargo, para los niños este cambio es un poco más
traumático. Se rigen por rutinas y no saben preparar el cuerpo para tener sueño
a una determinada hora, por ejemplo. Por eso, los padres debemos prevenir con
tiempo el cambio de hora para ayudarles a adaptarse al nuevo horario. ¿Cuánto
tiempo tardan en acostumbrarse? ¿Les influye negativamente? ¿Cómo les ayudamos
a adaptarse? En este reportaje, te lo contamos.
Cómo afecta
el cambio de hora
'Mamá, ya no tengo sueño' o 'papá tengo hambre' suelen
ser las frases de los niños cuando cambia el horario. El cambio de hora afecta
mucho a niños y personas mayores, ya que tienen una capacidad menor de
adaptación. El retraso o adelantamiento de la hora supone un cambio fundamental
en la luz del día que les provoca fatiga, cansancio, cambios de humor e incluso
falta de concentración.
Cada niño es un mundo. Algunos se adaptan con
facilidad a este cambio pero a otros les cuesta mucho más. A pesar de todo, el
cambio de horario es necesario, ya que los últimos días de octubre los peques
se levantan aún de noche y esto les provoca un gran rechazo a ir al colegio.
Por otro lado, la intensa luz del verano puede perjudicarles el sueño, por lo
que se hace necesario retrasar la hora en ese momento. Debemos pensar en los aspectos
positivos del cambio de hora y compartirlos con el niño, para que vaya
entendiendo, poco a poco, a qué se debe este cambio.
Cómo podemos
preparar a los niños
Para evitar que los niños tengan trastornos con el
cambio de horario, debemos prepararles de forma gradual. Lo bueno del cambio de
horario es que siempre se produce en fin de semana, por lo que podemos
aprovechar el viernes e incluso el jueves para acostarle un poquito más tarde y
darle de comer media hora después de su horario habitual. No necesitan un
exceso de tiempo de preparación, un par de días antes bastará.
En los días siguientes, debemos observar que el niño
se ha adaptado bien al cambio. Además, para que entienda por qué ahora cenamos
antes o después o por qué se tiene que levantar más tarde, es importante que
realicemos todas nuestras rutinas de cambio con él. Por ejemplo, nos pueden
ayudar a cambiar la hora de los relojes que tengamos por casa. Si además les
enseñamos los cambios en la luz solar los niños acogerán el cambio
positivamente e incluso con curiosidad. No obstante, el cuerpo, poco a poco, se
acostumbra.
Cuál es el
efecto en los adultos
Pese a que creamos que estamos totalmente
acostumbrados al cambio de hora, no llegaremos a conseguirlo del todo. El
horario de invierno provoca que los días sean más cortos y las noches más
largas, lo que afecta a nuestra personalidad. Sufrimos una especie de 'tristeza
invernal' o melancolía, que puede llegar a afectar a 7 de cada 10 personas.
Muchos de nosotros somos más ariscos con la pareja e
incluso llegamos a tener menos relaciones sexuales en invierno. ¿Cómo se puede
combatir este efecto? Tal y como afirman los expertos, la 'Winter Blues' se
soluciona a base de deporte y de aprovechar la máxima luz que tengamos al aire
libre. Disfruta del invierno, todas las estaciones tienen algo especial.
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