Por Diana, 30/10/2013
No hace falta ser un diestro detective para llegar a la conclusión,
haciendo la compra y posteriormente rellenando la despensa, de la cantidad de
diseños y formas para envases que existen en la actualidad en el mercado. Es lo
que se conoce como packaging, con el término
anglosajón que define a la perfección el arte de la presentación de un
producto. Algunos de estos diseños y formas, pasarían por verdaderas obras de
ingeniería, creadas después de mucho esfuerzo y trabajo por determinadas
empresas para poder llevar a cualquier sitio, cualquier producto que podamos
necesitar; incluyendo una multitud de ingeniosos compartimentos, aberturas o
cierres. Reflexionando sobre dicha situación llegué a la conclusión, observando
las diferentes estanterías de los comercios, que hay un material que sobresale
por encima de todos, por su estética sencilla, limpia y
distinguida: el vidrio. Todos reconoceríamos sin dudarlo, esa imagen que el
vidrio difunde: nítida y atractiva, que supone un valor seguro de cara al
consumidor. Y gracias a sus cualidades técnicas de maleabilidad, el vidrio
resulta muy ventajoso y rentable para exponer multitud de artículos. Un material natural que es inerte e inocuo, y que no absorbe sustancias,
porque no tiene problemas de migraciones como sucede con determinados plásticos
a lo largo de un espacio de tiempo. Y no solo eso, resulta imperturbable frente
a determinados productos tóxicos.
A la hora
de elegir consumir un alimento envasado deberíamos tener en cuenta además de
nuestros gustos culinarios, el envase en el que viene presentado para su
correcta preservación. Es mucho más saludable un envase de vidrio, ya que ayuda
a conservar su aroma, su sabor original, su color y su frescura, es decir,
todas sus cualidades organolépticas; aún variando la temperatura (resiste el
calor y el frío), y que con su transparencia, permite perfectamente ver el
estado del producto. Manteniendo todos los nutrientes, en especial las
vitaminas, que son las que más pueden degradarse.
El vidrio funciona
como una cerca para las bacterias, las mantiene alejadas; otra propiedad que
resulta importantísima, debido a que es un material que no se oxida.
Reutilizable e impermeable, actúa garantizando una defensa frente a cualquier
fenómeno exterior, ya sea un gas, o cualquier contaminación química o
biológica. También, se puede colorear para tener un plus de conservación, algo
imprescindible con algunos alimentos como el aceite; y es viable su decoración,
tanto en relieve como con rótulos adhesivos. Esta descripción podría concebirse
cómo algo parecido a un “superenvase”. Y
es que el vidrio verdaderamente funciona como tal.
Esta
particularidad se ve y se nota en especial, en las aguas minerales.
Una bebida que propaga su pureza y que conservada en vidrio, emana todas sus
cualidades intrínsecas sin ninguna perturbación.
La elección o no, de
un determinado envase no es nueva, y ya apareció reflejada en el último estudio
europeo sobre packaging
por TNS llevado a cabo en 19 países, ”The European Packaging
Survey”. Aquí, se ve reflejada la opinión de los españoles frente al uso del
vidrio: el 80% de los encuestados de nuestro país ve muy conveniente su
utilización. Una cifra bastante superior a la que registra el uso del plástico con
un 48%, y el metal, por un 47%. Y si les diesen a elegir material, se
decantarían en un 74% por el vidrio para el envase de los alimentos y bebidas.
De esta encuesta también se desprende que un 87% de los participantes aseguró
escoger el vidrio “por ser un material ecológico” y un 70% “por su facilidad de
reciclado”. Dos opciones que cada vez van sumando más seguidores; ya que no
solo debemos preocuparnos de consumir buenos alimentos en perfecto estado, sino
de saber cómo están producidos en su totalidad, tanto en el exterior como en el
interior, y cómo debemos desprendernos de ellos de la manera más correcta, y
menos contaminante para nuestro entorno.
100% reciclable, el
vidrio tiene la maravillosa característica de poder volver a transformarse en
materia prima y reincorporarse otra vez a la cadena productiva, elaborándose
así nuevos envases.
La sensibilización en España frente al reciclado va traspasando
determinadas fronteras invisibles de concienciación medioambiental. Y ya se
recogieron en el año 2012, 791.414 toneladas de vidrio en nuestro país, según
los datos totales presentados por Ecovidrio. Una cifra nada desdeñable, que va aumentando
inexorablemente gracias a una gran labor informativa, y al interés por parte de
la ciudadanía en comprometerse de manera personal con un “acto de vida”, su
retornabilidad; ya que mediante el reciclaje están contribuyendo a volver a dar
una nueva existencia a ese envase. El futuro es del vidrio, un recurso
higiénico y fiable.
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